Consejos de John Gardner:

1- El escritor novato tiene que recurrir a la treta de guardarse información y revelarla al final para crear el clímax. Por el contrario, el escritor inteligente revela toda la información y confía en el comportamiento de los personajes para conferir fuerza a su relato.

2- Una historia no debe centrarse en la evolución del nudo de la ambientación, sino en la evolución del protagonista. El personaje es la vida de la novela, y el ambiente existe sólo para que el personaje tenga un entorno en el que moverse y le ayude a definirse.

Consejos de Ricard de la Casa:

1- Evitar que el personaje principal se vuelva pasivo, generalmente porque el antagonista o el secundario nos resulta más atractivo. En ese caso habría que recorrer la historia hasta identificar el momento en el que nuestro protagonista se vuelve pasivo y arreglarlo, o modificar la novela para que haya más de un protagonista.

2- Presentar al protagonista en los primeros párrafos para evitar confusiones y molestias en el lector, y si no sucede así por efectos de trama, asegurarse de destacarlo cuando se le incluya, pero no de forma descarada, sensiblera, antinatural ni gratuita.

3- No derrochar ideas, caracteres y argumentos metiéndolos todos atropelladamente para dar mayor sensación de profundidad, pues dificulta la labor psicológica del lector y refleja inseguridad.

4- No te tomes demasiado tiempo en corregir una historia, pues es un vicio que está abocado a la necesidad ilógica de corregir un texto cada vez que lo lea. Acepte que toda obra es susceptible de mejora, y que nosotros mismos evolucionamos y que con ello nuestra capacidad y experiencia aumenta. Tenemos que parar en algún momento, si no estaremos siempre dando vueltas al mismo molino.

5- HUYA de las estructuras ilógicas de trama, aunque las desee y quiera aferrarse a ellas. Debe respetarse a sí mismo y sobre todo al lector. La obra ha de ser consistente con todos sus planteamientos y ser honestos con ellos.

Consejos de Mario Vargas Llosa:

1- La literatura es lo mejor que se ha inventado para defenderse contra el infortunio. (Vuelta a la idea de aprovechar los malos momentos y transformarlos en productivos)

2- La historia que cuenta una novela puede ser incoherente, pero el lenguaje que la plasma debe ser coherente para fingir su existencia. (Hablamos de fantasía, por ejemplo)

3- La literatura es puro artificio, pero la gran literatura consigue disimularlo y la mediocre lo delata.

4- La sinceridad o insinceridad no es, en literatura, un asunto ético sino estético. (No nos veamos cohibidos a la hora de mentir, asustar o jugar con el lector, por el bien del arte)

Consejos de Augusto Monterroso:

1- No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos para tus antepasados. Escribe para la posteridad porque es donde serás famoso y se te hará justicia.

2- Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza.

3- No persigas el éxito. El éxito es inevitable. (El éxito te llega, no se busca)

4- Cree en ti, pero no tanto. Duda de ti, pero no tanto.

5- Di las cosas de forma que el lector crea que es más inteligente que tú. Haz que lo sea, aunque para ello debes ser más inteligente que él.

6- No olvides los sentimientos de los lectores, que es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos. En este oficio hay que ser insensible.

Contrapunto: «Ningún consejo sustituirá a la práctica» dice Rodolfo Martínez.

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